La mayoría de las Pymes tienen una caja chica para pagar gastos pequeños, diversos y ocasionales. Esto les permite el pago ágil a proveedores por servicios y productos esenciales al funcionamiento del negocio.
Muchos empresarios en México, con frecuencia, subestiman la administración de la caja chica y ésta puede salirse de control, ya que no es lo mismo a tener dinero extra en tu bolsillo.
Ese dinero es para gastos del negocio y su mala ejecución impactará en el flujo de efectivo, en los incentivos para empleados y en el balance final de la organización.
Esta guía explica, de manera rápida y simple:
- Por qué todas las empresas necesitan controlar los gastos menores del día a día, que se deben pagar en efectivo.
- Cómo y dónde deben ser controlados esos gastos, tomando en cuenta su importancia a la hora de la declaración fiscal.
- Maneras sencillas de documentar el uso de la caja chica.
La mayoría de las pequeñas empresas mexicanas tienen una caja chica para pagar gastos pequeños, diversos y ocasionales.
Esto les permite el pago ágil a proveedores por servicios y productos esenciales al funcionamiento del negocio.
Muchos dueños de pequeñas y medianas empresas (Pymes) con frecuencia subestiman la administración de la caja chica y ésta puede salirse de control, ya que no es lo mismo a tener dinero extra en tu bolsillo.
Ese dinero es para gastos del negocio y su mala ejecución impactará en el flujo de efectivo, en los incentivos para empleados y en el balance final de la organización.
Por esa razón, en todas las empresas debe existir una caja chica para controlar los gastos menores del día a día que se deben pagarse en efectivo, al igual que todos aquellos pagos que deben hacerse por medio de cheques o tarjetas establecido por la ley (*Articulo 27, fracción III, LISR).
La caja chica es importante, ya que en todo negocio siempre habrá compras de montos pequeños que necesitan ser contabilizados, controlados y así tomarlos en cuenta a la hora de la declaración de impuestos fiscales. Recordemos que este tipo de gastos son aceptados por el fisco, y pueden salir de las cuentas de la empresa en lugar de cuentas personales.